Puerto Rico es uno de esos destinos al que miles de viajeros conocen por pocas horas, ya sea antes o después de desembarcar de un crucero por el Caribe, pero lamentablemente no se han dado el tiempo para recorrerla y disfrutarla en profundidad. Lo sentimos por ellos ¡no saben lo que se pierden!
Sólo 2000 kilómetros separan al Estado de La Florida de esta isla Caribeña, Estado Libre Asociado de los Estados Unidos, (algo así como la distancia que separa a Buenos Aires de Esquel). La cercanía, la facilidad de viajes para los norteamericanos y las abundantes conexiones aéreas lo convirtieron en un destino ideal para que muchas compañías de cruceros tomaran a la capital de la isla, San Juan de Puerto Rico, como base para la partida y llegada de travesías por el Caribe.
La ciudad conserva mucho de su encanto colonial, con estrechas calles empedradas y restos de edificaciones que son un muestrario de los 500 años de vida que transcurrieron desde que los españoles pusieron un pie en este nuevo continente. Una de esas muestras es el Castillo San Felipe del Morro, construido entre 1539 y 1790, sirvió para defenderse de tropas holandesas y francesas así como piratas y corsarios de los siglos 16 y 17. Ya en el siglo 20 fue instalación militar durante la Primera y Segunda Guerra Mundial y desde 1961 es Museo. Actualmente forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Bailar Salsa en la placita Santurce es casi una actividad obligada. Esta plaza pública está rodeada de bares y restaurantes, donde la gente de San Juan va a despejarse y disfrutar la compañía de la gente.
¿Cómo no tentarse ante los nombres de algunos de sus platos más populares? Mofongo, tostones, arroz con habichuelas o el Tembleque. Banana, arroz, coco, ingredientes presentes en casi cada comida. Ah claro ¿y qué son? Bueno el Mofongo es un plato en base a plátano frito que se rellena con carne, pollo o mariscos; los tostones no son otra cosa que rodajas de plátano frito que acompañan casi todo; el arroz blanco con porotos colorados o negros es otra de las comidas más comunes para todos los días y el Tembleque es una especie de flan de coco, dulce y suave que se deshace en la boca.
Nadie puede irse de la isla sin saborear una creación local de fama internacional: la Piña Colada. Ese trago de Ron, coco, jugo de ananá y mucho hielo que es ideal para terminar el día de playa.
Con más de 300 playas es difícil elegir una en particular para recomendar. Las hay con aguas tranquilas, con olas para hacer surf, con arrecifes de coral plenos de vida para hacer snorkel a pocos metros de la orilla, concurridas o solitarias. Nadie dejará de disfrutar del sol y el mar como más les guste.
Solo por nombrar algunas Luquillo se encuentra a unos 50km de la capital San Juan y parece una gran bahía en forma de media luna bordeada de palmeras, con vistas a una laguna que esconde hermosos arrecifes de coral. La Playa de Ponce, en la costa sur, es ideal para largos baños y para regenerarse y relajarse. Los surfistas, en cambio, prefieren Playa Higuero. La Playa Boquerón es frecuentada especialmente por pescadores y buzos en busca de ostras.
Una de las grandes ventajas de la isla es que podemos pasar en poco tiempo a un paisaje totalmente distinto como el Bosque Nacional el Yunque, una selva tropical donde llueve en promedio unos 300 mm al año. Dueña de un ecosistema muy diverso tiene cientos de especies únicas de plantas y animales, incluida la famosa rana coquí de la isla. Este pequeño animalito símbolo de la isla mide unos pocos centímetros y difícilmente pueda ser vista, aunque seguramente podrán oírla por las noches en cualquier lugar donde haya vegetación ya que su sonido es literalmente “co-quí”. Escúchenla https://youtu.be/hiLxQXA38nA
En medio del verde se esconden cuevas de fácil acceso como las que se encuentran en el Parque Nacional de las Cavernas del Río Camuy. Este parque es uno de los mayores sistemas de cuevas en el mundo y el más grande en el hemisferio occidental. Antes de ingresar se pueden ver diferentes tipos de vegetación, de selva tropical con muchas variedades de plantas locales. El recorrido a pie es muy factible ya que se ha acondicionado para los visitantes de cualquier edad y sin importar la condición y habilidad, ya que cuenta con pasamanos y pasarelas especiales para el turismo.
Los amantes del espacio deben ir sí o sí al Observatorio de Arecibo. Construido en una depresión de piedra caliza gigante alberga uno de los radiotelescopios de un solo plato más grandes del planeta en pleno funcionamiento. Se han hecho descubrimientos asombrosos con este telescopio, y además se han filmado varias películas, entre ellas "Contact" (1997) y "GoldenEye" (1995). Con exhibiciones interactivas para ayudar a explicar el papel del observatorio en la comunidad científica, una visita imperdible para grandes y chicos.
Un fenómeno natural que hace de Puerto Rico un destino único son sus “Bahías bioluminiscentes”. Se trata de raros ecosistemas donde las condiciones de temperatura y salinidad crean las condiciones necesarias para que crezcan en inmensas cantidades unos organismos microscópicos unicelulares que forman parte del plancton y que producen el efecto de "brillar en la oscuridad" cuando son estimulados por el movimiento. Entonces, cuando se rema o se pone una mano en el agua, estos organismos se iluminan en un color neón azul verdoso, y también lo hace todo con lo que entran en contacto, dando un reflejo de estrellas al agua.
De los cinco lugares en el planeta donde se puede observar esta maravilla, tres se encuentran en Puerto Rico: Bahía Mosquito en Vieques; Laguna Grande en Fajardo y La Parquera en Lajas.
La Laguna Grande es la más cercana a la capital San Juan y es la más visitada.
En cuanto a alojamientos los hay de todos los estilos y calidad. Cadenas internacionales, pequeños establecimientos familiares y lujosos resorts, pero si se trata de alojarse en un lugar muy especial recomiendo hacerlo en el hotel “El Convento”. Ubicado en pleno centro histórico de San Juan, este Pequeño Hotel de Lujo, está en un edificio de mitad del siglo 17 albergó en su época un convento de monjas y ha sido totalmente restaurado para brindar confort moderno con el encanto de una arquitectura colonial.
En su patio central hay un árbol de níspero de 300 años que da sombra a las mesas al aire libre de uno de sus dos restaurantes.
Una muy buena elección para una estadía en la ciudad.
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