Los Cauquenes Resort + Spa + Experiences celebró sus 20 años con una noche especial en Buenos Aires que anticipa lo que se vive en el extremo sur del país: lujo, identidad y una conexión profunda con el paisaje fueguino. El escenario elegido fue uno de los rooftops más vibrantes de la ciudad, el hotel Grand Brizo Buenos Aires, donde la reconocida bartender Mona Gallosi presentó dos cócteles creados exclusivamente para homenajear al icónico hotel de Ushuaia.

Inspiradas en los sabores, los aromas y la inmensidad del Fin del Mundo, las creaciones “Susurro Austral” y “Planicie Austral” capturan en cada sorbo el espíritu patagónico que define a Los Cauquenes desde hace dos décadas. A partir de ahora, estos cócteles formarán parte de la propuesta permanente del bar del hotel, invitando a huéspedes y visitantes a extender la experiencia sensorial más allá del viaje y a revivir Tierra del Fuego durante todo el año.

La noche reunió a referentes del grupo Álvarez Argüelles Hoteles, autoridades del turismo y actores clave de la industria de la hospitalidad, en un encuentro que celebró no solo un aniversario, sino una forma de entender el lujo: íntimo, conectado con la naturaleza y atravesado por la calidez humana. Cada detalle del evento reforzó el ADN del resort, reconocido por integrar el paisaje fueguino, el confort y la gastronomía como parte de una experiencia única.

Mona Gallosi, una de las figuras más influyentes de la coctelería argentina, aportó su mirada sensorial y creativa para traducir Tierra del Fuego en sabores. Con ingredientes seleccionados y combinaciones que evocan la fuerza del sur, los cócteles dialogan con el entorno natural del hotel, sus montañas, el canal Beagle y esa sensación de estar en un lugar donde todo se vive con mayor intensidad.

Así, Los Cauquenes Resort + Spa + Experiences celebra sus 20 años reafirmando su identidad como destino imprescindible en Ushuaia, donde el viaje no se limita al paisaje, sino que se completa con experiencias que apelan a los sentidos, la memoria y el disfrute. Porque en el Fin del Mundo, incluso un cóctel cuenta una historia.