El país encontró la manera de convertir su pasión deportiva en una experiencia turística única. No importa si es fútbol, surf, running o simplemente salir a pedalear: en cada rincón del país el deporte se vive con alma y se comparte como parte de su identidad.

Montevideo late al ritmo del fútbol, con el Estadio Centenario como parada obligada para quienes quieren sentir la historia en primera persona. La visita al Museo del Fútbol revive los grandes momentos que marcaron a generaciones enteras y que siguen atrayendo hinchas de toda la región.

Hacia el este, Punta del Este mezcla glamour y movimiento: torneos de playa, corridas frente al mar, festivales fitness y un calendario que crece cada año. Allí también se vive la emoción náutica con la prestigiosa Regata Rolex Circuito Atlántico Sur, mientras que el golf brilla en canchas exclusivas donde el deporte convive con buena gastronomía y hospitalidad de lujo.

Rocha ofrece una versión más salvaje y natural del turismo deportivo. Sus playas, cada una con personalidad propia, atraen a surfistas, kitesurfistas y ciclistas que buscan aventura entre olas y caminos rurales. La Copa Surf del Río de la Plata volverá a Montoya en enero de 2026, consolidándose como uno de los grandes eventos del verano.

En el interior del país, ciudades como Durazno sorprenden con circuitos técnicos para triatlones, travesías acuáticas y competencias que cada año atraen a más deportistas. A esto se suma la fuerza del rugby, el crecimiento del básquetbol y una pesca deportiva que invita a disfrutar del paisaje con calma y autenticidad.

Viajar a Uruguay es vivir un país donde el deporte no es espectáculo: es cultura. Es salir a correr por la rambla, alentar en una tribuna histórica, tomar una ola perfecta o zambullirse en aguas limpias rodeado de naturaleza. Un destino que invita a moverse, sentir y ser parte del juego.