Cada octubre, la noche más misteriosa del año llega con una mezcla perfecta de diversión, magia y fantasía. Halloween, esa celebración que combina disfraces, luces, calabazas y el clásico “dulce o truco”, se ha convertido en una experiencia que trasciende edades. Es el momento del año en que las ciudades del mundo se transforman en escenarios de cuentos y leyendas, invitando a grandes y chicos a dejar volar la imaginación.

Pocas ciudades logran capturar ese espíritu como lo hace esta vibrante metrópoli. Cosmopolita, luminosa y llena de energía, ofrece una combinación única entre tradición y modernidad. Sus calles, parques y rascacielos se llenan de color y alegría para dar vida a una de las celebraciones familiares más esperadas del calendario.

Durante todo octubre, la ciudad se transforma en un gran escenario festivo con propuestas pensadas para toda la familia. En el Rockefeller Center, los fines de semana se vive un Halloween lleno de diversión: maquillaje artístico, globoflexia, juegos y el clásico recorrido de truco o trato por todo el complejo. Los niños disfrazados pueden incluso subirse a The Beam o patinar en The Rink sin costo, sumando un toque mágico a la experiencia.

En el Bronx, el Zoológico y el Jardín Botánico brillan con espectáculos de luces y calabazas talladas. El evento Harvest Glow ilumina el otoño con más de cinco mil calabazas con diseños animales, creando un sendero encantado que se ha convertido en una cita imperdible para residentes y visitantes.

Y para quienes buscan algo distinto, Radio Park —el jardín secreto ubicado en la azotea del Radio City Music Hall— abre sus puertas por una sola noche. Entre luces cálidas y ambiente otoñal, este refugio urbano ofrece una velada íntima y festiva donde la cosecha y Halloween se encuentran en lo alto del corazón de la ciudad.

Cada rincón vibra con una atmósfera especial, haciendo de este destino el lugar ideal para vivir Halloween de una manera diferente, con experiencias que combinan tradición, familia y la incomparable magia del otoño.