Este museo interactivo promete ser una adición muy dulce que atraerá a toda la familia con sus espacios dedicados a todo lo relacionado con los dulces. Los visitantes podrán disfrutar muy pronto de una experiencia de entre 60 y 90 minutos explorando más de 15 salas temáticas, cada una dedicada a un tipo diferente de dulces: bastones de caramelo, ositos de goma, chupetines, algodón de azúcar, macarons y helados, son solo algunas de las golosinas disponibles.
El lugar contará con estaciones de dulces exclusivos, como un baño de algodón de azúcar y una piscina de ositos de goma para sumergirse. Los visitantes también podrán disfrutar de experiencias inmersivas, aprender sobre la historia y la ciencia de los dulces y sacarse fotos en las esquinas "instagrameables". Además, el museo cuenta con la "Sala Sugar Rush", donde los visitantes pueden dejar mensajes dulces y expresar su creatividad.
El paseo termina en la cafetería del museo, donde se pueden degustar batidos, helados, café y otros placeres dulces, además de comprar golosinas para llevarse de regalo. Todo está diseñado para despertar el niño interior de cada visitante, con colores brillantes, texturas y sabores que captan los sentidos de los visitantes.