Una de las preocupaciones que continuamente se hacen los viajeros por avión es qué tan alto es el riesgo de contraer Covid-19 durante el vuelo. Al respecto la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por su siglas en inglés) dejó claro que, si bien el Ómicron es más contagioso que otras variantes, las cabinas de las aeronaves son un lugar de muy bajo riesgo para la transmisión del padecimiento.
De acuerdo con el Dr. David Powell, Consejero Médico de IATA, unos de los principales factores que contribuyen a que el contagio de Covid-19 sea bajo, son las características en el diseño de las aeronaves dotadas de dirección de flujos de aire, sistemas de filtración y renovación de aire, además de la orientación hacia adelante de los pasajeros al momento de estar sentados, el uso adecuado de los mascarillas cubrebocas y medidas sanitarias reforzadas. El Dr. Powell hace hincapié en que la naturaleza controlada de la cabina de los aviones, comparada con otros ambientes encerrados, incrementa las medidas de protección.
La IATA, que representa aproximadamente a 290 aerolíneas que conforman el 83% del tráfico aéreo global, señala que las autoridades de salud pública no han sugerido nuevas medidas de protección para espacios cerrados como resultado de la aparición de la variante Ómicron. Este organismo se ha dado a la tarea de advertir, a los viajeros, sobre la importancia en la utilización de una serie de medidas sanitarias, como el correcto uso de las mascarillas protectoras, entre otras, las cuales no han cambiado e, incluso, son ahora más importantes.
En diciembre pasado, la IATA solicitó a los gobiernos de los países seguir el consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca de anular las prohibiciones de viaje establecidas luego de la aparición de la variante Ómicron. El consejo de la OMS para el tráfico internacional en torno a Ómicron del SARS-CoV-2 establece que: “Las prohibiciones generales de viaje no evitarán la propagación internacional y suponen una pesada carga para las vidas y los medios de subsistencia. Además pueden tener un impacto adverso en los esfuerzos de salud mundial durante una pandemia, al desincentivar a los países para que informen y compartan datos epidemiológicos y de secuenciación. Todos los países deben asegurarse de que las medidas se revisen y actualicen periódicamente cuando haya nuevas pruebas disponibles sobre las características epidemiológicas y clínicas de Ómicron o cualquier otra variante de interés”, cita.
La OMS destaca que los Estados que implementan medidas como detección o cuarentena “deben definirse siguiendo un exhaustivo proceso de evaluación de riesgos basado en la epidemiología local de los países de salida y destino, así como del sistema de salud y las capacidades de salud pública en los países de salida, tránsito y llegada. Todas las medidas deben ser de acuerdo al riesgo, contar con un tiempo límite de tiempo y aplicarse con el debido respeto a la dignidad de los viajeros, los derechos humanos y las libertades fundamentales, como se define en el Reglamento Sanitario Internacional”.
Willie Walsh, Director General de IATA afirmó que “luego de casi dos años con COVID-19, sabemos mucho sobre el virus y la incapacidad de las restricciones de viaje para controlar su propagación. Pero el descubrimiento de la variante Ómicron indujo amnesia instantánea en los gobiernos que implementaron restricciones instintivas en total contravención del consejo de la OMS, el experto global”, puntualizó.
Fuente: Travelpulse