La ciudad turca se encuentra entre las más populares del mundo y con justa razón. Su cultura, su arquitectura y su oferta gastronómica son algunas de las razones que año tras año convocan a millones de turistas del mundo.
Existen muchos motivos diferentes para visitar Estambul. En primer lugar, está llena de historia por haber sido la capital de los imperios Romano, Bizantino y Otomano. Culturalmente es una ciudad riquísima por donde se la mire: no en vano es uno de los rincones más visitados del mundo y uno de los más grandes de Turquía, con 15 millones de habitantes.
Si la historia es uno de los aspectos más atractivos también lo son los baños turcos, estos lugares que combinan la limpieza con la relajación del cuerpo. Durante el siglo XVIII, Estambul llegó a tener más de 150 baños, muchos de ellos construidos por el reconocido arquitecto Sinan. La mayoría de ellos suelen estar decorados con mármol ya que es un material que conserva muy bien el calor. Se trata de una variante más húmeda del sauna y se divide en varias partes: Atrio, Frío, Templada y Caldarium.
Arquitectónicamente, Estambul presenta algunos de los edificios más atractivos del continente. Es el caso, por ejemplo, de la Mezquita Azul, tal vez la más importante de la ciudad. Fue inaugurada en 1617, luego de siete años de construcción, y cuenta con una cúpula central con 23 metros de diámetro y 43 de altura.
Por su parte, Santa Sofía o, como la llaman los turcos, Ayasofya, es otro símbolo de Estambul. Fue realizado durante el mandato de Justiniano, entre 532 y 537 d.C., y es una de las obras maestras del arte bizantino.
Igual de atractivo que las mezquitas es el Bósforo, un estrecho que conecta el Mar Negro con el Mar de Mármara, separando la ciudad de Estambul en dos partes: la europea y la asiática. Se puede recorrer en barco y disfrutar de una vista única que incluye los palacios Bylerbeyi, Ciragan y Dolmabahçe, entre otros. La longitud total del estrecho es de 30 kilómetros y el ancho va desde los 700 metros hasta los casi cuatro kilómetros de la salida al Mar Negro.
En la actualidad, Estambul también posee un moderno puerto de cruceros situado en el barrio de Galata, junto al puente homónimo, en la zona norte de la parte europea. El puerto está muy bien comunicado mediante un tranvía, lo que permite visitar la ciudad libremente y sin ningún problema. Además, desde allí es posible recorrer una gran cantidad de puertos, desde los más clásicos del Adriático y el Egeo como Atenas, Venecia y las preciosas Islas Griegas, hasta otros atractivos destinos como Kusadasi y Bodrum (Turquía) o los nuevos destinos emergentes del Mar Negro como Sochi (Rusia), Odessa (Ucrania) y Constanta (Rumanía).
Hablar de la gastronomía turca es necesariamente caer en el kebab y en la carne asada, además de otros numerosos platos típicos. Por ejemplo, el Testi Kebab, que es una especie de guiso, que se hace en un recipiente cerámico que se rompe para servir. En otro orden,extremo, se puede mencionar el pollo con miel, un clásico de Turquía. El lufur también ocupa un lugar destacado en los restaurantes: se trata del clásico pescado azul del Bósforo.
El Bazar de las Especias, también llamado Bazar Egipcio (Misir Çarsisi), es uno de los mercados más antiguos de Estambul y uno de los mejores lugares de la ciudad para comprar productos típicos como especias, dulces o frutos secos. Se encuentra en Eminönü, a escasos pasos del Puente de Gálata. Está construido en forma de L y cuenta con 6 puertas de entrada.
El Gran Bazar de Estambul (Kapaliçarsi) es uno de los mercados más grandes y antiguos del mundo. Es uno de los mejores lugares de la ciudad para hacer compras de artesanía, joyas y ropa. Tiene 45.000 metros cuadrados y en él trabajan unas 20.000 personas. El número de visitantes diarios oscila entre los 300.000 y los 500.000, dependiendo de la época del año. Cuenta con más de 3.600 tiendas que se distribuyen en 64 calles. Para acceder al recinto hay 22 puertas.