Esculturas inflables invaden París porque el parque de la Villete acoge un festival donde una docena de colectivos artísticos inflan descomunales y coloridas esculturas interactivas. Mira de que se tata.
La Villette, el parque de atracciones y cultura más innovador de París, ha sido invadido por gigantescas esculturas que invitan a interactuar entre paisajes surrealistas y efímeros.
Hasta el 21 de agosto en este complejo del extremo noreste de la capital francesa acoge la exposición Pop Air, producida junto al Museo de Globo de Roma, y que retoma la idea de arte interactivo que en el lugar había realizado el colectivo japonés Team Lab con ‘Beyond the Limits’, en 2018.
Esta exposición, en la que participan 15 artistas de todo el mundo, forma parte del Museo del Globo de La Villette, que se presenta como ‘la primera incubadora de creatividad y diseño dedicada al arte inflable’.
La muestra se despliega en un espacio de 5.000 metros cuadrados de La Grand Halle, una estructura de hierro construida entre 1865 y 1867 que fue rehabilitada entre 2005 y 2007 como centro de exposiciones.
Una de las obras de más grandes es la de Eness, un estudio de Melbourne (Australia) que presume de haber creado la primera fuente inflable del mundo.
Son estructuras que supera los seis metros, de colores psicodélicos y con formas de botijo o de grandes globos oculares, donde desde los rincones más inesperados brotan chorros de agua que sorprenden a los que se acercan demasiado.
Llamada Cupid’s Koi Garden, los globos-fuentes están iluminados por focos led que les permiten cambiar de color en sincronía con una banda sonora que impulsa divertidas coreografías de los chorros de agua.
Su idea, dicen fuentes del estudio a My Modern Met, es recordar las fuentes clásicas que homenajean a figuras de la mitología clásica como Cupido y, con un toque divertido, reflexionar sobre cómo las obras de arte temporales pueden “introducir la frivolidad y la alegría en la vida cotidiana”.
Otra de las obras es Never Ending Story (La historia interminable), del colectivo italiano Motore Fisico.
Se trata de una sala espejada con globos de colores de diferentes tamaños, que gracias al juego visual se repiten hacia el infinito en una puesta en escena que recuerda a las instalaciones de Yayoi Kusama, y que crea efectos hipnóticos con las luces estroboscópicas de los costados.
También es posible sumergirse en una gigantesca tina llena de globos blancos, que cambian de colores como por arte de magia, donde cientos más también tapizan los suelos y paredes. Llamada Hypercosmo, se trata de una creación de Stube Studio.
El artista de Lyon Cyril Lancerin presenta su obra Town and Concrete (Ciudad y hormigón), una serie de estructuras tubulares inflables de color rojo que se enreda en sí misma como una serpiente gigante.
Otra de las más divertidas es el globo transparente creado por Karina Smigla-Bobinski. Al estar revestida de pequeños pinchos de plástico la gente lo puede lanzar, hacerlo girar sobre si mismo o botarlo como un balón.
Pero esos pinchos también pueden dibujar, como si fuera un lápiz, por lo que cada vez que roza las paredes deja su marca en una divertida forma interactiva de crear arte.
Podes mirar más en el Instagram de Balloon Museum.
Fuente: Tendencias hoy