Dormir fuera de casa puede ser difícil en ciertas ocasiones. Independientemente de la comodidad de nuestro alojamiento, muchas veces extrañamos (o nos olvidamos) objetos que usamos todos los días y tenemos que acostumbrarnos a una nueva cama, ducha, etcétera. Te damos algunos tips para que la estadía sea lo más placentera posible.
A todos nos gusta tener la ropa en las mejores condiciones posibles, así que hay muchos viajeros que deciden llevarse la planta para mantener sus prendas perfectas. Si te olvidaste la tuya o considerás que las planchas de viaje ocupan demasiado espacio en una valija, probá con esto: Colgala en una percha mientras te estés bañanado (obvio la prenda fuera de la ducha) para que se alise con el vapor del agua caliente.
Esté presente en casi todos los kits de baño hoteleros y, la verdad es que la mayoría no los usa. Si sos de esas personas, podés utilizarlo como bolsa para meter los zapatos en tu equipaje o, en caso que seas muy pulcro, para envolver el control remoto. Que en algunas ocasiones puede volverse uno de los elementos más sucios de la habitación de hotel.
En muchos hoteles, las cortinas no se cierran completamente, así que dormir totalmente a oscuras parece imposible o nos ponemos inseguros sobre lo que pueda verse del otro lado. Si no querés preocuparte por este tema, buscá una percha con pinzas con broches para trabar la cortina.
La mayor parte de los hoteles tienen un dispositivo de energía donde la luz se activa al colocar la tarjeta de la habitación en una ranura. Aunque la iniciativa es muy buena para ahorrar energía puede resultar molesta, por ejemplo, si quiero dejar algún dispositivo cargando mientras hago una salida corta. Como el sensor se activa al sentir el peso de la tarjeta, podés probar con cualquier otra que tengas y la electricidad quedará activada.